domingo, abril 20, 2003

METAFORAS PICTORICAS I
Ya dijimos que no existe un modo único de observar y comprender el fenómeno de la radio.
En nuestra Area de Comunicación Radiofónica venimos experimentando con un recurso que llamamos “metáforas pictóricas” y que nos permite utilizar la obra de algunos pintores famosos como disparador de la reflexión acerca de la expresividad en radio. Utilizamos esta figura basándonos en la afirmación de Henry James acerca del “apetito general del hombre por el cuadro”. En realidad, las “metáforas pictóricas” cumplen el propósito histórico de las alegorías que, hibridando conceptos con imágenes, procuraban dinamizar el discurso y dar luz al entendimiento.
Pongamos un ejemplo.

Claude Monet tenía un especial interés por representar los efectos de la luz y el color en los paisajes, particularmente aquellos protagonizados por el Sena. Por eso compró un bote y montó allí un taller flotante desde el que pudiera retratar el río con la mayor comodidad. En una visita a Le Havre pinta Impresión. Sol naciente, que se convertiría en el manifiesto de un nuevo movimiento artístico, surgido en las postrimerías del siglo XIX.
La tela de Monet estaba destinada a bautizar un movimiento, el impresionismo, con el cual daría sus primeros pasos el “arte moderno”. No se trataba de una escuela con un programa, sino de una fuerza rebelde ante el tradicionalismo academicista.
Frente al intelectualismo realista, los pintores impresionistas erigieron un sensualismo basado en la impresión personal, inmediata, sin acomodamiento lógico y con exclusión de todo conocimiento teórico. Obviamente, semejantes libertades confrontaron de lleno con las fosilizadas visiones de la Escuela de Bellas Artes y de la sociedad en su conjunto.
Pero el temperamento personal de aquellos artistas resultó clave para la fundación del movimiento. Sinceridad, libertad individual e igualdad social, dignidad de la vida cotidiana y poesía descubierta en los objetos más humildes fueron las características que mejor reflejaron las aspiraciones humanitarias y democráticas de la época.
Ninguno de esos rasgos suena discordante si resolvemos aplicarlos sobre la radio.

Continuará...