martes, octubre 24, 2006


Además de sus labores docentes en nuestra Area Radiofónica, Omar González desarrolla tareas que lo han convertido en un especialista en el tema del periodismo agrario.
Como si eso fuera poco, nuestra región es pionera en el acompañamiento de la radio a los productores frutícolas en esa época del año en que una madrugada puede echar por tierra el trabajo de todo un año.
Ambas razones justifican que incluyamos este artículo acerca de una las posibilidades de servicio más claras que despliega el medio que es nuestro objeto de estudio.

Ante las temperaturas bajo cero... ¡sintonice la radio!

Los productores y las productoras frutícolas de los valles irrigados de Río Negro y Neuquén saben que con la primavera de cada año, viene de la mano una gran enemiga del sector.
Aparece por las noches, y en solo algunos minutos puede dar por tierra con el esfuerzo de todo un año. No es ningún ente del más allá, ni tampoco es alguna plaga bíblica noctámbula. Se trata de las denominadas heladas tardías o heladas primaverales, las cuales amenazan cada año con "quemar" todo un monte frutal si no se toman ciertos recaudos. El panorama se podría resumir de la siguiente manera: si no se ejecuta algún método de defensa la producción se podría perder totalmente.
Durante mucho tiempo, se utilizaron mecanismos que dañaban profundamente el medio ambiente, como por ejemplo la quema de neumáticos. A medida que se fue tomando conciencia de los perjuicios que los mismos causaban a la biodiversidad y, por ende, a la comercialización de la fruta, se fueron implementando alternativas más sustentables y eficaces como por ejemplo el riesgo por aspersión durante toda la noche.


...Y apareció la radio
Pero a finales de los años 80 se agregó un nuevo ingrediente a este complejo panorama. En 1989, en medio de una charla que tuvo el locutor y periodista agrario patagónico Raúl Feragut con un productor primario surgió la idea de hacer un programa radiofónico que respaldara el esfuerzo que los fruticultores hacen cada temporada para cuidar su producción.
"Fue tras hablar con un productor que surgió instantáneamente la idea hacer un programa que pudiera mantener comunicado a toda la zona sobre lo que iba pasando con la temperatura", dice Raúl, quien además es hijo
de productores y ha vivido la adrenalina que se produce al saber que si no se toman algunas determinaciones en la chacra, o se hacen mal, es posible que se pierdan todos los frutos.
El programa se denominó Al pie del termómetro y sirvió de modelo de otros programas con características similares que se hacen en la zona. En la actualidad continúa emitiéndose en el lugar que lo vio nacer, es decir, en la radio de modulación de amplitud de la ciudad de Cipolletti.
"El primer año estaba solo en el estudio, con el micrófono abierto constantemente; el sereno de la planta de transmisión de la emisora sabía sólo mover una perilla con la que sacaba del aire lo que llegaba vía satélite desde Buenos Aires y me habilitaba a mi cada media hora para que repasara los valores de temperaturas", recuerda el periodista.

La audiencia
En un primer momento los datos meteorológicos eran informados por algunos productores y serenos de plantas de empaque, pero después de la primera helada se formó una red de aproximadamente 100 personas, la misma cantidad que actualmente se ocupa de brindar los datos desde San Patricio del Chañar -en el oeste de Neuquén- hasta el Valle Medio de Río Negro. Pero no solo eso. "También tenemos llamadas desde el Valle de Uco en Mendoza porque para ellos es una referencia lo que pasa en el Alto Valle", describe orgulloso Ferragut.
Los días de heladas, Al pie del termómetro recibe durante toda la trasmisión que va de 0 a 6 de la mañana alrededor de 400 llamadas de oyentes que brindan los datos del tiempo en sus respectivos lugares. Además "van contando lo que sucede en su propio predio y las acciones que van realizando, es decir, si prendieron los calefactores o si encendieron el riego".
Hay que tener presente –asegura el conductor del programa- que una misma chacra puede tener variaciones de hasta 4 grados centígrados en diferentes puntos del predio, por lo cual mientras más información exista, mejor.

Servicio y compañía
A lo largo de la región se toman como referencia 20 registros testigos que son valores que los productores tomarán a su vez como orientadores de que pudiera suceder en su monte frutal. "Muchos tienen bien en claro qué grados de diferencia de temperatura pueden haber entre este dato testigo y lo que esté pasando en su chacra", explica Ferragut.
Como se puede inferir, los productores escuchan la radio para poder organizarse. Como cuenta el periodista agrario, hay que tener en cuenta que a veces el período de heladas dura varios días seguidos. "Por esa razón duermen por algunas horas, se despiertan, escuchan la radio y de acuerdo a la información que damos nosotros ya saben qué panorama les espera: podrán seguir descansando algunas horas más o tendrán que salir rápidamente a poner en funcionamiento los métodos de defensa", detalla.
La idea es poder conservar las energías. Y la radio siempre está allí.

Con o sin heladas
Los días en que no hay heladas el programa sigue el esquema tradicional de la trasnoche. Es decir, se emiten diferentes estilos musicales, informaciones generales y diversos formatos radiofónicos.
Los días que hay heladas la cosa cambia. "Sabemos que allí debe plasmarse verdaderamente la noción de servicio y de compañía que tiene la comunicación radiofónica", nos dice Raúl.
Después de una helada, el programa se llena de voces de productores y productoras contando si han podido ganarle a las bajas temperaturas o si han sido presas de las mismas. Son los mismos actores que cuentan a qué hora comenzó y cuánto duró la helada, cómo defendió su producción y, en el peor caso, cuál ha sido el daño que le provocó.


Compromiso
"Esta es nuestra responsabilidad como comunicadores, sentimos que hacemos algo que nuestra gente necesita", asegura Raúl Ferragut. Así de claro y de franco. Con el compromiso asumido desde hace muchos años para con "la gran familia frutícola" como la suele denominar.


Raúl Ferragut es hijo y nieto de productores. Nació en el Alto Valle y cuenta que desde que tiene uso de razón está "relacionado con la fruticultura".
Estudió periodismo en el Circulo de la Prensa y se matriculó de Locutor Nacional en el Colegio Salesiano (COSAL) en Buenos Ares. Es conductor de programas radiofónicos y televisivos agrarios que se emiten en la norpatagonia, entre los que se pueden mencionar Al pie del termómetro, Frutos de nuestra tierra y Neuquén tierra fértil, entre otros.
Es socio fundador y actual Presidente de la Asociación de Periodistas Agrarios Patagónicos (APAP).


Omar González
Área de Comunicación FunBaPa
02941 - 15654901

domingo, octubre 15, 2006


Completamos la ficha acerca de la radio y la función de dinamización social con la segunda parte del texto de nuestro estudiante Diego Dattoli.



EL TRIUNFO DE LA PARTICULARIDAD SOBRE LA GENERALIDAD

Otros medios de comunicación dan una excesiva relevancia a las estadísticas y datos que circundan a un hecho, cuando se trata de armar la noticia. Sobre esa decisión desdeñan la subjetividad. Según esos medios la subjetividad no sirve para construir la realidad. Bajo su óptica, la subjetividad está más cerca de distorsionar la realidad que de comprenderla. Sin embargo, la radio involucra la visión personal dentro de su discurso. La subjetividad puede mostrar lo que le falta al mundo para mejorar y de ese modo completar la función informativa, circunscripta a lo que pasa. Lejos de abusar de adjetivos y calificaciones directas, la radio puede utilizar comparaciones, metáforas y descripciones exquisitas en el relato de sus noticias. Cuando combina el discurso periodístico con el literario la radio humaniza su función informativa y logra que ésta dé algo más que datos. Sí, logra que dé placer y reflexión. Tan difíciles de emparentar como un alfiler y un globo. Al no ver números ni estadísticas, el oyente se sumerge en las descripciones del relato y se siente parte del mismo. Con el discurso en primera y segunda persona la radio consigue que el oyente no vea un hecho aislado, sino un mundo que le acepta y le es propio. Otro elemento importante es el contraste: mostrar lo mejor y lo peor al mismo tiempo. Al respecto, la radio funciona muy bien a veces. Puede describir los índices de la pobreza desde el desesperado testimonio de un paria hasta el frío informe de un ministro de economía. La función de los contrastes no es otra más que tejer sentimientos, reflexiones, críticas y conclusiones. Los contrastes son fundamentales para el segundo paso de la dinamización social: que la sociedad debata y analice su propia realidad. Tal situación depende de un tercer factor que viene después de la invisibilidad y la proximidad, ambos uncidos por la emotividad. Un tercer factor al que modestamente llamo inspiración; producida, desde ya, por la propia creatividad e ingenio del medio.

La radio necesita que el oyente piense ¨ esto puede pasarme a mí ¨ Para eso es necesario que incluya la vida cotidiana dentro del armado de la noticia. En general otros medios componen su agenda periodística de acuerdo a la magnitud del pecho. En términos publicables, el hecho debe contar con la participación del presidente tal, haberse votado ley x o muerto x cantidad de personas en un accidente de avión. Lo común, como ya dijimos, es intrascendente y desechable para algunos medios masivos. Sin embargo, la radio no debe quedar inmersa en esa boga. Al contrario, la radio puede embellecer hechos comunes y hacerlos interesantes. Mientras se empeñe en trabajar en la presentación, es muy posible hacerlo. El cómo decir la noticia debe ser tan importante como él qué. Hay noticia en un barrendero público, hay noticia en un niño que juega solo en la plaza. Cuando la radio inserta esos acontecimientos comunes el oyente se siente identificado, pero, sobre todo, se siente escuchado, respetado y valorado. Tenido en cuenta. La radio es una amiga y sabe comprenderlo. Por esta inclusión de lo cotidiano en la agenda de noticias, la radio, sin duda, ha conseguido un acercamiento más profundo que otros medios de comunicación. Veamos algunos ejemplos ficticios: por ejemplo se habla del aumento de desempleo. La radio, en vez de poner solo una grilla de estadísticas provincia por provincia, complementa ese cuadro con el testimonio de un padre desocupado que vive con su familia en unos trenes abandonados. Se habla de ventas de drogas y a las cifras de los millones vendidos se le agrega el relato de un ex adicto, qué venció su adicción con la práctica de un deporte. La falta de comunicación entre padres e hijos puede alternar la opinión de un psicólogo, con fragmentos de la canción ¨ Barquito de Papel ¨ de Joan Manuel Serrat

Una vez que la radio relaciona el hecho con lo cotidiano, se rompe la barrera entre emisor y receptor. Ambos están unidos. Para eso la radio debe vincular lo general con lo particular. Romper la linealidad del mensaje y crear un círculo mágico con el oyente. Si la radio no relaciona la particularidad con la generalidad, la radio estará lejos de aplicar esa magia que hace de la realidad un fenómeno deseable.

CONCLUSIONES FINALES

Tras esta explicación de funciones y relaciones entre polos antagónicos como la información y el afecto, la generalidad y la particularidad, podemos tener un atisbo sobre una de las tantas montañas que hilvana el río del universo radiofónico. Como todo buen pescador hay que saber esperar. Hay una carnada de información y crítica social para los días soleados. Hay otra carnada de entretenimiento y fascinación lírica para los días lluviosos y ventosos. Humor para cuando las aguas son turbulentas y nostalgia para cuando hace mucho tiempo que no llueve sobre nuestros campos. Una de las montañas es saber combinar polos antagónicos: razón/remoción, seriedad/entretenimiento, realidad/fantasía, objetividad/subjetividad. Combinar todos esos universos- aparentemente dispares pero en realidad muy aplicables- en un mismo espacio radiofónico.
La labor periodística es la caña. Muestra la realidad y ayuda a que la comunidad tome consciencia de la misma. Sin embargo, toda caña necesita un anzuelo. ¿Qué otra cosa es la magia más que una realidad que exterioriza nuestras emociones y pensamientos? Cuando la radio combina objetividad con subjetividad puede ser mágica tras producirse el acercamiento con el oyente. Realidad hecha voz, pensamiento y sentimiento en un universo indivisible. Realidad y fantasía; elementos indispensables para fascinar, atrapar y convocar a los oyentes, en un proceso de dinamización social dónde la realidad no sólo se comprende; también se perfecciona. Sin embargo, lejos de estos apotegmas, a mí juicio la radio de hoy muestra falencias en la combinación de géneros y estilos que integran polos antagónicos. Los formatos de ahora son netamente de información u entretenimiento. No hay compensación en el guisado. Audiciones netamente musicales, audiciones netamente políticas. Para salir de esta tendencia debe haber mezclas en un mismo producto. La concepción de la dinamización social amerita que se combata la repetición de estructuras y formatos. Evitar monopolios musicales, audiciones melosas en las cuáles apenas se refieren a intimidades sexuales y panoramas informativos demasiado rígidos para llamar la atención. El secreto de la magia es mostrar lo serio y lo factual de un modo que parezca divertido, placentero y fascinante. Que no sea todo razón, que no sea todo emoción. Que no todo sea seriedad, que no todo sea diversión. Que ambos tengan su lugar en la cancha y hagan el mejor partido.